27 jul 2015
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21 jul 2015
15 jul 2015
12 jul 2015
Marga Gil Roësset
Antes, amiga, yo buscaba en el fulgurador ocaso grana los infinitos suficientes.
Te tendistes, por tu gusto, bajo la tierra, entre el ocaso y yo, sangrienta como una puesta loca de sol retardado en la negra noche.
Ahora tú eres un fijo ocaso, una llama perene, un infinito suficiente.
Juan Ramón Jiménez
9 jul 2015
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